06-04-2014 El CALLÓN del Guadalix

Las previsiones decían que disfrutaríamos de una jornada soleada y calurosa como hacía tiempo que no teníamos. Y una mierda. Suena el despertador, salto de la cama y me asomo a la ventana. No se ve nada¡¡¡¡¡¡¡ Una tremenda niebla envuelve el barrio y hace presagiar que nos han vuelto a engañar y que, en el cañón, pegaditos al rio Guadalix, se nos va a meter el frio y la humedad hasta lo mas hondo de nuestras entrañas. Me pregunto, entonces, si merece la pena el madrugón, en domingo, y el cargar con la bici, para comerse unos callos a la verita del rio. De locos.

Para colmo, según avanzamos por la M-30 para tomar la N-1, entre la niebla, comienzan a aparecer unos conos colorados que te van empujando hacia la derecha hasta que te sacan de la mencionada vía sin previo aviso... esos chicos desalmados de movilidad, que han decidido cortar la nacional uno, enterita, con dos cojones... y luego dicen que la Espe no tiene razón para quejarse de semejante cuerpo...

Los MoralmenteTim

Pero conseguimos llegar todos. Según nos acercábamos al punto de encuentro, la niebla se fue levantando y al final disfrutamos del sol radiante que teníamos encargado para la jornada.

Salimos de los coches y comenzamos a prepararnos para la jornada más épica que nunca hemos disfrutado. Allí nos juntamos seis jotas a saber. El Ingeniero, Jantonio, Agus, Miguel, Javi (Rivas) y Juanjo.

Comenzamos a sacar los trastos de los maleteros. Cada cual comienza a alardear de sus dotes. El Ingeniero, unas rosquillas para desayunar en condiciones. Además tres botellas de vino, las de Belmonte, que tenemos en la lista de pendientes. Agus con la nevera más fría que nunca con cervezas para un regimiento. Miguel ha traído unos chorizos exquisitos que el mismo ha hecho en su pueblo. Además ha comprado pan y ha dejado a la gasolinera sin una sola barra para seguir vendiendo. Javi un queso para quitar el sentido. Juanjo el habitual surtido ibérico para ir abriendo boca. Y Jantonio... Jantonio un perolo de callos que se define en tres palabras IM-PRE-SIONANTE. Las bicicletas en los maleteros sin ni siquiera mirarlas.

Los seis JOTAS estaban perfectamente concentrados y afanados preparando el chiringuito. La mesa, con su mantel y todo, no daba cabida a tantos y tan suculentos manjares. El infiernillo, con su flamante bombona nueva, puesto en marcha para calentar esos exquisitos callos. Yyyy... mientras se calentaban, cogimos las bicicletas y nos dimos una vueltita, volviendo corriendo para antes de que se calentaran demasiado, se quemaran y se arruinaran.

Llegamos en el momento justo, dando buena cuenta de cuantas viandas disponíamos. Charlamos de lo divino y de lo humano. Nos reímos, nos descojonamos y nos contamos nuestras pequeñas historias. Buen colegueo de domingo, que se echa de menos cuando falta... gracias mostros.

...aaaaahhh, el cañón, bien, allí sigue, ja,ja,jaaa. Encontramos barro pero no en exceso, un tiempo fabuloso y unos senderitos en perfecto estado para hacer el cabra como habitualmente venimos haciendo. La visita al cañón, que normalmente no hacemos, espectacular y la cascada, visita obligada siempre, con más agua que nunca. Aquí hicimos la parada y fonda para reponer fuerzas. Javi nos saco allí un chorizo absolutamente reponedor y a seguir. Ninguna avería, ningún pinchazo, ninguna caída. Poco a poco las SMIERDALIZED van poniéndose a la altura del resto de máquinas.

En esta ocasión, el Ingeniero, decidió hacer la ruta al revés, eso si, con alguna variante de las suyas. NOS GUSTO MUCHO¡¡¡¡¡¡ A favor del Ingeniero tengo que decir QUE ES UN MOSTRO, por si no lo sabíais ya. Hace mucho tiempo que no coincidía con él en alguna ruta, y me llevé una grata sorpresa al comprobar lo que ha mejorado el tío. En cada cruce conflictivo allí teníamos a unos controller dirigiéndonos. Avituallamientos repartidos a lo largo de toda la ruta. Protección Civil estratégicamente colocada. QUE NIVEL, esto ya no es lo que era.

el Maestro

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