domingo, 26 de mayo de 2013

26-05-2013 MarmotaxXxtrem



Son las 8 de la mañana, llegamos a la gasolinera BP del Goloso los madrileños Agus, Edu, Chule, Ángel, Sergio y yo (Miguel). Salimos hasta el puente de El Grajal donde hemos quedado las 8,30 con los serranos, aparecen Felipe, Rober y Luis. Qué curioso, faltan los promotores de la ruta. Toñin, que seguro que todavía está bailando “Paquito el chocolatero” y Huanillo que el día anterior le dio un sincope y está recuperándose (seguro que fue de pensar en la ruta). 

Ponemos las bicis en marcha y salimos a las 9,15. Nada más salir miro hacia atrás y no veo a Ángel, ¿Dónde está?, retrocedemos para ver qué le pasa y ya se había vuelto a los coches. Tenía el eje de la rueda trasera desplazado y el disco de freno trasero hecho un ocho, adivina que marca es, otra smierdalice. Se remanga el SR. Chule y nos da unas clases prácticas de mecánica, consigue arreglarla, aunque la rueda va un poco frenada, le dice el Chule: no pasa nada, con esto puedes hacer la ruta. En esto que se da la vuelta y se escucha una risita, ¡ya sabía lo que le esperaba!, y eso que es su primo. 

Conseguimos salir a las 10. Empezamos la marcha y seguimos enseguida Felipe decide comprobar la dureza del suelo, a los demás nos da envidia y siguen unas cuantas comprobaciones. Seguimos subiendo por senderos que a duras penas podemos subir pero se suben bien, luego bajadas, alguna trialera muy recomendable, que la verdad es que incluso a mi me gustaron. Hasta llegar al rio Manzanares, seguimos por un camino a lo largo del río con unas vistas espectaculares del valle, todo verde, una maravilla. 

Volvemos a llegar al puente de El Grajal y pasamos por los coches, nos tomamos aquí la barrita, a esto que me dice Luis: saca las cervezas. Decidimos que es pronto (las 11,30 Horas), y si sacamos una cerveza no continuamos. Pero Luis, ¿POR QUE NO TE HICE CASO? 

Salimos hacia el puente de la Marmota, seguimos por el camino junto al río Manzanares, hasta que se acaba, ahora viene lo bueno, subidas imposibles e interminables y bajadas intratables, más que mountainbike parecía sendibike, con la bici a cuestas y una gran capacidad de sufrimiento, aguantamos como auténticos JOTAS, por algo esta es la ruta de graduación. El único que fue capaz de bajar montado por esas trialeras (de esto no puedo dar fe, puesto que yo estaba cerrando el grupo para que no se perdiese nadie) fue JJluis que bajaba derrapando y la bici atravesada (una pena no poder verle), aquí ya se le otorgo la doble J, el terreno estaba muy duro y una capa de arena por encima la hacía muy resbaladiza. 

Por fin llegamos al puente de la Marmota, que no sé porqué se llama así, este es un animal bastante tranquilo. Las vistas siguen siendo espectaculares aunque en este trayecto no lo he podido disfrutar mucho por razones obvias. 

Cogemos una pista de subida interminable, ya cuando casi estamos arriba empieza a subirse los músculos: los gemelos, los cuádriceps, etc... A Sergio (que no montaba desde verano) le da una pájara, aquí nos separamos el grupo unos (Chule, Luis, Felipe y Rober) atraviesan por una trialera hasta los coches y el resto (Edu, Agus, Sergio, Ángel y yo) agotados decidimos seguir por la pista que sale a la carretera donde están los coches. 

Sergio ya no puede seguir más y se queda con Agus, que según se denomina él está “aturullado”, se quedan. Edu, Ángel (que llevaba la rueda trasera frenada, un monstruo) y yo vamos a recoger un coche para recogerlos. Cuando llegamos el resto habían llegado hace rato, los brothers tenían prisa y se habían ido. Luis salió con su furgo, como si se tratase del coche escoba a recoger a los que se habían quedado. 

Llegamos a las 14,30 H. a los coches con 28 km., una cervecita y para casa que es tarde. 
Ruta bastante accidentada, pero que se disfrutó bastante, sobre todo Luis, seguro que al Brujo y Kamicaze también les gustaría. 

Por cierto según estoy escribiendo me tengo que levantar que todavía me da algún calambre. 
MIGUEL "Tarimas"

 


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domingo, 19 de mayo de 2013

Riaza B-Pro 2013 (versión Jota)










  • Adversidades climatologicas para dar y tomar,   viento, lluvia, frio
  •  Adversidades del terreno:  barro, barro, barro, barro, barro, barro y mas barro
  •  Adversidades de los camaradas:  Toñin se raja de la de 80, le sigue David que tambien se raja Felipe y Agus ya lo habian anunciado

 Mas comentarios:
Creo que los de 40 la hicieron muy bien, al amigo Toñin creo que rompio la bici y se volvio, y luego le ponen en la clasificacion que ha entrada tercero,  Ja Ja Ja...
 
Los de 80,  nos dicen que han quitado algún tramo malo.  mentira, han quitado algun tramo pero no de los malos, las subidas infernales, los barrizales continuos, estaban como el año pasado pero muchisimo peor. Nada mas salir, me pego una hostia que me deja el hombro tocado y no puedo mover el brazo, por lo que no podia hacerme con la bici cuando patinaba en los barrizales, a si que cada dos por tres, al principio me volvia a caer, por lo que decidi irme bajando.
Carlos, Robert y yo nos ibamos turnando, que aunque no ibamos juntos, pues eso, a veces ellos delante a veces detras. la subida a la hermita de hontanares, que si el año pasado vi algun loco que intentaba subirla en bici, este año, imposible, ya que todo el terreno era un rio de barro. cuando llegue arriba, me puse morao de comer membrillos, quesitos, platanos ( ultima toma de fuerzas ) ya solo quedaban unsos 13 km. cuando llega Robert, me dice que esta llegando Carlos, pero yo hecho a rodar, y hasta la meta.

Bueno al final, muy bien, acogida en la meta de Agus, David, Felipe, luego llego la mujer de Carlos, nos fuimos despues al hotel donde habian dormido Agus y David, y me tome un bocata de lomo, queso y tomate, que me dejo nuevo ...

PARA QUE NO DIGAS QUE NO CONTAMOS NADA, 
ACABO DE VER QUE AGUS HA MANDADO ALGUN COMENTARIO,  ESTOY ESPERANDO LA FOTO QUE ME HIZO AGUS A LA ENTRADA, CREO QUE SE PUEDE APRECIAR EL BARROOOOOOOOO

el Zorro.

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Amaneció un día soleado en Madrid y me pongo en marcha con los nervios típicos aliviando los excedentes de peso por aquello de ir más ligero (versión WC). Ya en marcha, a partir de La Cabrera se observa que la cosa se va poniendo fea. Nubarrones negros en el horizonte presagian lo peor. Coronando el puerto de Somosierra el termómetro marca 0º y la niebla no deja ver más allá de las narices. Y empieza a llover; una lluvia fina de las que calan a lo tonto, o más bien a los tontos.

En Riaza, a las 9:00, en el punto de encuentro veo a lo lejos a Javi, en el medio del campo de futbol, mirando a uno y otro lado:

    "Es la hora y aquí no hay ni el tato".


Nos comunicamos por guasá (como no podía ser de otra forma) pero lo de salir del coche como que cuesta horrores. Enseguida llegan Antonio, que como veis ha perdido la "J" (que cuente él por qué), Agus y David. Y pienso:

    "Cago en tó, al final voy a tener que salir del coche."

Allí estuvimos un rato esperando  a que pasara el tiempo como si no hiciera frio, como si no lloviera, con lo bien que se está en los bares o simplemente en el coche. Al menos es de agradecer, sin que sirva de precedente, el mérito de los que hacían la ruta corta que salían dos horas después y allí estaban dando ánimos, porque de las chavalas habituales… nada de nada y quien diga lo contrario miente como un bellaco o está cegato. Algún lugareño melenudo había pero poco más (si hubiera venido Juanjo otro gallo cantaría… o gallina). Mientras me retiro para preparar la bici llegan Roberto y Felipe.

Tras los saludos pertinentes, empieza la guerra sucia (nunca mejor dicho). Dos rutas a elegir: 40 y 80 km. La perspectiva no era nada halagüeña para ninguna de las dos. Los unos intentan convencer a los otros de que hagan la ruta contraria y viceversa. Al final los de la ruta corta se llevan el gato al agua arrastrando a Antonio y David, que se justifican con excusas baratas, quedando la ruta larga algo desangelada con Javi, Roberto y un servidor. Esto ya no es lo que era, aquí se aplica claramente uno de los lemas de este nuestro grupo "¡Pero cuanto intrusismo!"

Llega la hora de la salida. Javi y yo nos ponemos casi en primera fila para no desentonar. Roberto llega apurado y tiene que salir desde atrás. En la primera curva decido esperarle para hacer al menos los primeros kms. juntos. Javi tira hacia delante para evitar los típicos colapsos. Salimos por las primeras rampas de asfalto que nos sirven para calentar las piernas, la gente va muuuuy rápido “Ya lo pagarán” – pienso. Me entran unas ganas tremendas de mear pero a ver quién es el guapo que se para ahora para que le pase hasta el apuntador.

Nada más coger la pista nos damos cuenta de cómo pinta la cosa. Agua y barro por doquier que al principio intentamos sortear. Enseguida nos damos cuenta de que pasar por en medio de los charcos a toda leche era lo mejor no solo porque paradójicamente bajo el agua el terreno estaba más duro sino porque la gente extrañamente se apartaba. Estas enseñanzas se las debo al kamikace “va por ti”. Roberto coge mi rueda y vamos sorteando a la chusma no sin cruzar la bici en más de una curva al más puro estilo J.Lorenzo.

En seguida se complica la cosa; los charcos se convierten en barrizales y encima hay que vadear, por decir algo, un par de ríos.  No exagero si os digo que el agua casi nos llega a las rodillas. A mi lado una chavala a la que cortésmente le mostré el mejor trazado y un público entregado deseando aplaudir a raudales con su caída. Cruzó sin pestañear y mascullando “Os jodéis cabrones”: si señora, con un par. Me giro y no veo a Roberto, debió quedarse con la moza, buena elección.

Iniciamos una zona más sencilla que permitía meter plato. Alcanzo a Javi y, como buen “compañero”, no me paro ni a preguntarle cómo va. Le quito todas las pegatinas de “Specialized” que buena falta le hubieran hecho después a Antonio. Paso de largo por el primer avituallamiento allá por el km 19 y sigo dándole cera -sin mear- hasta el del 27 (a las 12:07), donde paro, charlo, bebo, como y guasapeo. Me lo tomé con tanta calma, tanto que me pasó Javi sin darme cuenta.

Al continuar noto las piernas un poquito atascadas. El frio y la humedad estaban haciendo su trabajo. Decido tomármelo con más calma para que luego no me pase factura. En cualquier cuestecita meto el molinillo y me pregunto “¿qué meteré cuando lleguen las cuestas más chungas?”.

En el avituallamiento del km. 46 paso a las 12:45 ¿18 kms en 38 minutos? algo no cuadra pero no me doy cuenta hasta mucho más tarde. Supuestamente quedaban 35 km a los que había que descontar 9 que la organización había recortado sumando un total de 71. En realidad los 9 kms. ya los habían recortado, de ahí mi tiempo en el último tramo, y los 35 que quedaban eran reales. Inocente de mí vuelvo a darle cera sin bajarme de la bici en ningún momento. Aquí coincido con Roberto pero decido seguir para no quedarme frio:

    “Ya te cogeré bajando” – me dice.

    “¿Bajando? Ni de coña” – pienso para mis adentros.

Llega una larga bajada en la que vuelvo a adelantar a Javi. Cuando le estaba quitando las pocas pegatinas que le quedaban me cuenta que se cayó al principio y que lleva toda la carrera sin sentir el brazo. ¿Y qué creéis que hice? Pues además de las pegatinas me faltó poco para quitarle los radios.

Me salto el avituallamiento del  56 porque  tocaba bajar y me sentía fuerte y en cuanto empieza el primer repecho me da el pajarón. Paro en un desvío y le pregunto a un paisano si se puede recortar y a punto estuve de hacerlo. Aprovecho para hacer mi “obra buena” del día: no, un planté un pino, sino que ayudé a un compañero de fugas a reparar el freno. En estas me pasa primero Javi y a muy poca distancia Roberto. Así que decido continuar al menos hasta el avituallamiento siguiente el de la ermita.

En buena hora. Para llegar a la dichosa ermita se sube por una trialera imposible por supuesto llena de barro e incluso nieve. Fue el único momento de echar pie a tierra. Cuando llego arriba encuentro a Roberto que se va sin esperarme anda que… menudos compañeros, jajaja. Destemplado y desilusionado decido entonces bajar directo a Riaza por asfalto y pasar de los últimos 13 kms que según comentaba la gente no eran precisamente de autopista.

Menos mal que no lo hice, llegado el momento del desvío pregunto a otro paisano y no me lo pone tan mal. Así que haciendo bueno el dicho de “pa lo que me queda en el convento…” aprieto los dientes, me olvido del molinillo por la pista sinuosa que nos lleva a Riofrio. Una vez allí comienza una hermosa trialera que atravieso como un rayo como si fuera triki comiendo galletas: piedras, piedras, barro y más piedras, ñam, ñam, ñam,…

Recojo los restos de Roberto que iba, ya con problemas en el cambio, hasta que le pierdo de vista. Luego nos enteramos que en su intento “desesperado” por seguir mi rueda reventó el cambio a falta de un par de kms.

El resto, os lo podéis imaginar. Entrada apoteósica en meta, felicitaciones varas, barro hasta en las orejas que aún esta mañana he expulsado por orificios varios, y  la sopa castellana que te pone las pilas.
Y el broche de oro: ¡me quedé en bolas para cambiarme de ropa... si a las canicas se les puede dar esa atribución! Como mi madre me trajo al mundo y ante la revolución que armé me dejaron adelantarme en la “cola” para limpiar la bici.

Un placer señores, un placer.
¡¡¡CHUAAAAA!!!
 
el Brujo.
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Riaza B-Pro 2013 (versión Hota)

Una vez que los de 80 salieron nos fuimos para el bar a tomar unos cafés calentitos, allí que estuvimos resguardados hasta que llegó nuestra hora. Cómo hacía un frío que pelaba y no paraba de caer agua fina esperamos hasta el último minuto para acercarnos a la salida y cuando llegamos éramos casi los últimos. Poco a poco fuimos adelantando por la carretera a mucha gente y cuando nos desviaron al camino yo entré el primero, me seguía Felipe (que le oía hablar) y daba por echo de que Alkalde y Jantonio irían detrás... pero que no lo sé que cualquiera se giraba a mirar, aquello no era un camino, era una pista de patinaje con un resbaladizo barrizal aguachirraoo asqueroso, muy muy peligroso... al poco que querías guiar la bici se te cruzaba, cosa que me ocurrió varias veces y Felipe atrás diciéndome coño Agus cómo Kevin Schwant, luego Felipe me adelantó e intenté seguirle. 

En una bajadita dónde había que cruzar un pequeño riachuelo se formó un atasco, y veo que Felipe se desvía a la derecha y por campo a través adelanta a toos y se cruza el riachuelo cómo si náaaa... ¡que cabrón!... cuando intento hacer lo mismo se me cuelan unos que luego se me caen al riachuelo...  me caguen en tooo!!... y yo sin poder pegar una voz!!.. me hice paso y sin carrerilla me cruzo el riachuelo montao... (joder cómo se nota, las lecciones de Chule). A partir de ahí, pierdo a Felipe. Empiezan subiditas y la peña que va delante se baja, o sea que toca patear... las gafas de raider, se me empiezan a empañar y cuando ya se puede montar es cuando ya no veo ni un cojón... me hecho a la cuneta y mientras me voy cambiando de gafas me voy fijando si veo al Alkalde y al Jantonio. En eso que el Alkalde que me había visto pararme se vuelve hacía atrás para ver lo que me ha sucedido, hablamos que dónde está Jantonio y estuvimos un rato esperando y no pasaba, por lo que pensamos que seguro que iba delante.
 
Continuamos los dos juntos a la caza de Felipe y de Jantonio. Cuando llegamos al avituallamiento de líquidos allí sólo estaba Felipe, decía que llevaba diez minutos esperando y que por allí no había visto a Jantonio, por lo que pensamos que le había adelantado sin que se diese cuenta y que iría delante... salimos los tres juntos a toda pastilla a la caza de Jantonio... cada vez que veíamos a lo lejos a uno de azul, (imperdonable, no llevó la chaqueta de los Jotas), decíamos:  mirar es ese!... le alcanzábamos y..  pues no!... se parece pero no es!.. el nuestro es más gordito!!...  veíamos a otro... ese si que es!... seguro?... ese culito no me suena!!... pues no!...va ser que no!... y así un buen rato hasta que lo dimos por imposible, pensamos que con lo que le gusta correr ya había llegado a meta.
En este tramo adelantamos a un montón de gente, en la bajadas el Alkalde siempre atrás y en las subidas siempre delante, iba el tío tan centrao que se metió en un charco del copón, estuvo a puntito de caerse en too el medio, jajaja... cuando fui a sacar unas fotos ya fue tarde.  Unas risas y continuamos, llegamos al avituallamiento de sólidos e intentamos comer algo, y digo que intentamos porque lo que hacíamos era mas bien comer tierra, no había forma de meter un bocao sin que te tragases algo de barro, un agua para limpiar las gafas y pa lante...
 
Llega la parte más difícil, una senda de subida prolongada que el Alkalde la sube bien sin pestañear adelantando a mucha gente, Felipe por intentar seguirle sufre consecuencias y yo que iba más tranquilo adelanto a Felipe y arriba de la senda le espero... iba algo tocao y ahora tocaba también subir pero ya por camino, o cómo se quiera llamar eso, yo más bien me metía por dónde discurría el agua, que las ruedas no se hundían tanto y ya cuando va faltando unos 5 kilómetros es cuando a Felipe se le sube el cuádriceps del tooo y se tiene que bajar de la bici, me quedo con él y los dos a ritmo muy tranquilo llegamos a la meta, allí nos encontramos al Alkalde y los tres juntos fuimos en busca de Jantonio pero nos dimos cuenta que no estaba su coche y pensamos que el cabrón seguro tiró cómo un bestia para llegar el primero e irse pa casa que tenía que trabajar... más tarde nos enteramos que no llegó el primero pero que llegó el tercero con una marca difícil de batir... ¡QUE CABRÓN, QUE BESTIA!...


 
Metimos las bicis embarras en mi furgo y nos fuimos a ducharnos al hotelito y de paso a tomarnos unas cervezas y una sopa castellana calentita que sentó de maravilla... luego nos fuimos para la meta a esperar a los valientes de la de 80... el resto más o menos ya lo conocéis..., toma de bocatas, mas cervezas, limpieza de bicis y pa casita con la satisfacción de haber vivido, a pesar del frío, del barro y de la lluvia una jornada de mtb inolvidable... totalmente épica... hay que estar gilipollas para sufrir tanto!!! 


el Centella.
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domingo, 12 de mayo de 2013

12-05-2013 Cañón del Guadalix - Dehesa de Moncalvillo




THE DARK SIDE OF GUADALIX (El San Agus y no el otro)


A las 8:45 todos puntuales en el punto de encuentro, todos menos los BluesBrothers que se confundieron de pueblo y se fueron al otro Guadalix (al de la sierra), menos mal que no pilla lejos y a las 9:05 llegaron al punto de encuentro junto con David, un invitado que va sobraoo y que esperamos verle en más rutas,  saludos y demás mariconadas y a las 9:15 toos en marcha: Chule, Jelete, Miguel, Felipe, Rober, David y Centella.


Chule, cómo todos los inicios se pone a tirar cómo un poseso de la manada, (es que en cuanto ve una senda el tío se vuelve loco!), en 2 minutos yo ya estaba reventao, menos mal que llegamos a la pista asfaltada, que es de subida pero que se agradece, yo por lo menos, pero mi alegría dura poco, abandonamos la pista para seguir subiendo por una senda sinuosa de palmo y medio… y con unas vistas espectaculares a la izquierda, ¡un error y te desgracias!, no hay más que decir que Miguel y yo íbamos los últimos y bajándonos a tramos, en esta senda parece que Felipe sufrió un incidente y por no llevar gafas, se llevó un ramazo en too el ojo que le dejo medio ciego, ya arriba le presté mis gafas de Raider para que no le volviese a pasar, lo que ya le dejé ciego del tooo jajaja…. 

Al rato paramos para buscar el bidón de David que se le cayó perdiendo too el agua… otro más sin agua, ya que el Rober, que andaba en estado febril, se olvidó el bidón en el coche, (ya ves, además de venir enfermo con un trancazo del copón venía sin agua… un makina!!),... bueno que mientras buscamos el bidón perdido, Chule y Jelete arreglaba la rueda de cómo no!!… de esa marca de bici que siempre se estropea... pues eso, que la maltrecha rueda de la jubilada Smierdalized que Chule prestó a Jelete estalló de la emoción!!... un tiempo para arreglarla y a continuar. Decir que Jelete no iba a gusto con su montura prestáa, parece que debido a la inactividad estaba la bici nerviosita con un mono que pakéee y había que domarla, jajaja.


En un paso por campo a través con mucha hierba alta, (peligrosa porque oculta roderas y piedras), Rober se pega una hostia “tonta” de esas que caes con todo el peso a plomo y se hace un buen corte en la rodilla con una piedra afilada,  pero que el tío cómo estaba bajo los efectos febriles ni se inmuta y continúa cómo si náa.


Bajada por unas sendas-trialeras al cañon, allí visita de rigor a la presa y a la cascada, unas fotos y barrita que hay que coger fuerzas que nos espera un costarrón lleno de pedruscos ocultos que te hacían desmontar a cada instante, se me hizo interminable, ya arriba Rober que había encumbrado el segundo detrás de David decide abortar porque se encontraba realmente mal, dice que se mareaba y se asfixiaba…, (nos sajodio cómo todos!, yo creo que fue porque no encumbró el primero, jajaja)… decide abandonar y coge la pista de bajada para marcharse a casa.


Subimos hacía la dehesa de Moncalvillo, el paisaje cómo siempre espectacular, David cómo iba sobraoo iba el primero y le íbamos dirigiendo a voces, tira más hacía la derecha por dónde las margaritas blancas… ahora hacía la izquierda… por dónde las margaritas amarillas… jajaja… dio más vueltas que una peonza… que si pallí que si pallá… jajaja


Después de tanto subir, toca bajar por la trialera de Corepo, Chule el primero y David detrás… Felipe con su media visión y Jelete con la Stumjumper nerviosa iban más prudentes de lo costumbre, cosa que nos vino bien a Miguel y a mí para intentar seguirles… pero aún así se escapaban,  menos mal que cada dos por tres Felipe se tiraba a catar suelo,  nos vino muy bien para ir parando en los sitios más complicados… jejeje


La siguiente trialera fue una totalmente nueva, no sé cómo se llama, que es más complicada que la anterior y que tiene por los menos 2 tramos super chungos de los imposibles de realizar y que Chule y el David dicen que lo hicieron… jajaja… ¡aún no me lo creo!... en esta Felipe también pilló y Jelete creo que también… los becarios; Agus y Miguel  salimos ilesos de milagro!
 
Un poco más de pista y bajada a todo trapo por la senda por dónde siempre subimos y cómo escribió Jorge en la anterior crónica de señores “la polla”…, es un tramo para disfrutar a tope… ¡super divertido!... 
Centella
un gran colofón para terminar una gran ruta y llegada a los coches sobre las 13:15, con un poco de retraso pero cómo no había prisas, allí que nos quedamos un buen rato tomando el ágape y las cervezas tranquilamente al solecito
muy agustito… y cerca de las 14:00 nos fuimos todos pa casita…. Y esto es todo,  ¡CHUA!

 


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viernes, 3 de mayo de 2013

03-05-2013 Ruta Caracenillera con barro Botijero

Sin madrugones ni desplazamientos motorizados, un lujo solo al alcance de pueblitos rodeados de campo, donde desde el kilómetro cero ya estas disfrutando.

Nueve de la mañana. Nerviosos y con ganas de empezar a rodar se presentan en la plaza Agus, Edu, Angel y Juanjo. Pero tenemos que demorar la salida. La única SMIERDALIZED que nos acompaña (no podía ser otra), la de Angel, se presenta con poca presión en su rueda trasera, lo que nos obliga a demorar la salida. Una cosa tan sencilla como dar aire a una rueda no sabéis como se puede llegar a complicar. Hasta tres bombas pasaron por las manos de estos bikers... bikers, no, GLOBEROS intrusos a más no poder... Hasta que llegó el Centella a poner orden: “dejadme a mí, inútiles” fueron sus cartas de presentación. A los diez segundos, con una facilidad pasmosa, se había cargado la bomba del Maestro y la rueda seguía exactamente igual. De nada le sirvió echarle las culpas al DECARTON y las mierdas que venden. Hay que ser burro para partir una bomba en diez segundos. Le ascendemos a GLOBERO ILUSTRE, ja,ja,jaaaaa.

Una vez que conseguimos meter presión a la dichosa rueda, Agus ya estaba a punto de inflarla a soplidos, nos pusimos en marcha. Para entrar en calor decidimos subir al pino. Así, sin más. Decir que el día amaneció magnifico, soleado y caluroso como hacía tiempo que no lo veíamos, por lo que no sé todavía porque tuvimos que subir al pino para entrar en calor. Aún estoy dándole vueltas. El caso es que como montaba mi flamante BH, puro carbono... bueno..., puro hierro, hasta que me hice con los cambios y esas cosas, no fui capaz de subirlo y me quede en la misma curva de siempre. Ya empieza a desesperarme. Jelete y Edu sí. Subieron de tirón, con dos cojones.

Una vez arriba me pongo en cabeza para guiarles entre piedras y sembraos. Van saliendo a nuestro paso conejos, o liebres, o lo que fuese, ágiles, rápidos y enormes como caballos. Nuestra ruta discurre después, por el Fontarrón hasta Pineda. El portador del track, Jelete, avisa: “batería baja”. Llegando a este pueblito, Pineda, comienza el calvario que íbamos a padecer durante toda la ruta. Aunque los caminos, pese a lo llovido y nevado en días anteriores, estaban inusitadamente secos, encontrábamos tramos tremendamente embarrados, con charcos kilométricos, con el clásico barro botijero de la zona, que se pega hasta bloquear horquillas, cambios y todo tipo de mecanismos que se expongan a su majestuosa untuosidad. Así al entrar al pueblo tuvimos que parar para quitar los bolos de barro acumulados en las bicicletas, tarea esta que resultó inútil, porque dos kilómetros más allá estábamos otra vez igual. Y a los tres kilómetros otra vez. Y así toda la ruta, barro, barro y más barro, que nos mantuvo buena parte de la mañana con plato pequeño luchando contra las fricciones.

Bajo estas condiciones salimos de Pineda con rumbo a Villar del Horno, donde nuestros problemas con el barro se hicieron más patentes. Un trecho del camino se comparte con un riachuelillo que en su vida había llevado agua. Pues hoy si llevaba. Y bastante. El Centella a punto estuvo de caer en una pequeña charca que allí se había formado. En esto que Jelete, el portador del track, da otro aviso: “Me estoy quedando sin batería”. Dura ascensión para salir de este tremendo barrizal, que al ir ganado altura comienza a ser más llevadero. Tranquilamente Jelete, nos comenta que definitivamente nos hemos quedado sin batería en el GPS, por lo que tuvimos que preguntar a unos aldeanos donde coño estaba el pueblo. ¿Aonde vinis?, nos preguntan. De Caracenilla, respondemos. Tais locos, anda que si vinis ayerrrrrr, pues no había barro ni na. No habíais llegao, no. Nosotros nos quedamos trancaos con el carroooo, te digo na¡¡¡¡¡

Llegamos, por fin, a Villar del Horno. Hasta la mismísima plaza. Pueblo desierto. No nos cruzamos nada más que con el del pan que iba pitando como un poseso y no salía nadie a comprarle ni una mísera barra. Nos tomamos las barritas revitalizantes allí mismo. Cada uno se afanaba en lo suyo. Mientras Edu, sin más contemplaciones, metía la bicicleta en la fuente del pueblo, yo, con un palito, estuve retirando el barro de la horquilla por enésima vez. Jelete rebuscaba otra batería consiguiendo revivir el GPS, mientras Agus trataba de desembarazarse del barro que cubría su calzado, dejando todas las esquinas que encontró, impregnadas con él.

Con nuestro GPS resucitado, pusimos rumbo a Villarejo de la Peñuela. Edu nos lo explicaba: “Simplemente tenemos que atravesar aquella montaña y detrás mismo está el pueblo”. Lo de “simplemente” se lo podía haber ahorrado en sus explicaciones. Costarron largo y tendido a tramos mas llevadero, a tramos menos llevadero según su pendiente, pero siempre en constante ascenso, largo y duro donde Jelete sacó fuerzas y emulando a la bestia... (Jantonio, joder) nos dejó tiraos sufriendo por las duras rampas. Una vez coronada llegaba el descenso, rápido y sinuoso, donde relajamos las piernas un poco tras el esfuerzo. Y llegamos a Villarejo. Ni un alma tampoco. No nos cruzamos con nadie. Parecen pueblos fantasmas. Las chimeneas de las casas humeando, pero ni un alma en las calles. Como ya era tarde volvimos a Caracenilla por carretera. Joder, que panzá a pedalear. Casi nos cansamos más en este trecho, por carretera asfaltada, que en toda la mañana por el barro. Vaya ritmo que nos impusimos. Maaadre mía, que velocidades, que pedaleos, que ritmos... Llegada al pueblo donde, me imagino, se tomarían los merecidos porrones. Me imagino, digo, porque yo me quede en casa directamente, porque tenía un poco de prisa. Ale, otros cuarenta y tantos kilómetros hechos... he estranado mi casco nuevo y no lo he roto esta vez, impresionante¡¡¡¡¡¡¡
el Maestro