Bueno señoras y señores, voy a comenzar esta crónica
aclarando algunos conceptos sobre palabras y frases empleado por los miembros
del Jotastim, en sus múltiples rutas efectuadas a lo largo de estos últimos
siete años, para que los entienda todo el mundo y son los siguientes:
- Chuuuuuaaaa.- Vamos, arre, arrejuntaos.
- Bucle.- Variante de single track.
- Single track.- Camino de mierda.
- Camino caracenillero.- Rodar por donde no hay camino. Dicho camino solo existe en la mente del Ingeniero.
- La aventura es la aventura.- Bicis al hombro.
- Ya es todo cuesta abajo.- Trazado rompepiernas de unos veinte kilómetros de longitud, que falta por recorrer hasta llegar a los coches o punto de partida.
- Cuanto intrusismo.- No tienes ni puta idea del tema.
- Trocha.- Agárrate a los pelos del pecho con la bajada que viene.
- Virgen Santa, Virgen pura, haz que apruebe esta asignatura o con Dios me acuesto, con Dios me levanto, con la Virgen María y el Espíritu Santo.- Oraciones empleadas antes de enfrentarse a una trocha.
- En las trialeras no hay que frenar.- Frase empleada por el Ingeniero y Jorge cuando viene uno nuevo a montar. Luego con risa floja le dicen: Espera que bajo yo primero y te tiro unas fotos, (de cómo te dejas los molares en las rocas).
- Echa el culo para atrás.- En este tramo caes de boca fijo.
- Kikos.- Cacahuetes agrios de los chinos que traía Agus a los ágapes y que los han retirado del mercado.
- Copón.- Cojones o me estáis tocando los…….
- Vete a tomar por culo.- Esta frase no cambia en nada su significado. Es tal cual.
- Specialized.- Smierdalized. Bicicleta de tres al cuarto.
- Danger, danger, danger.- Hostias, hostias, hostias. Chungo, chungo, chungo.
- Falso llano.- La propia frase lo dice, faaaallllso.
- Guesonazo.- Pedrá.
- Gilipollas.- Palabra muy empleada por el señor Jesús, padre de uno de los miembros del Jotastim, para identificar a algunos personajes de una pequeña aldea conquense.
- Judas.- Cualquier miembro del equipo que cuando vas rodando tan tranquilo, se te pone al lado disimulando y te suelta tal hostia en el casco que te lo pone en la barbilla.
Bueno, una vez aclaradas estas palabras y frases, vayamos a
la crónica del fin de semana.
Se dirigía Jantonio y su familia para Santa Cruz del Valle a
pasar el fin de semana, ya que Carolina dijo que había un festival de música en
el pueblo de al lado y como hacía mucho tiempo que no iban, pues decidieron
irse a pasar el fin de semana. Jantonio iba conduciendo y pensando en cómo se
había librado de hacer la ruta de la hoya de San Blas, ruta que odia porque lo
que subes en treinta minutos lo bajas en dos. Iba dándole vueltas a la
cabeza pensando qué ruta se haría el
sólo al día siguiente y por qué María no le había dejado comprar una caja de
cerveza, cuando esto último es lo primero que entra en el coche cuando van al
pueblo.
Durante el viaje
no paraban de ocurrir cosas raras en las cuales Jantonio no caía, como por
ejemplo encontrar caravana y a María, Carola y Javi solo les faltaba aplaudir,
(que cosa más rara), o María diciendo que se hacía pis, que para que tengo
hambre, que si un pepito de ternera, que si ahora me apetecen unas bravas, que
llevamos una pieza colgando del motor “hay que bien, para y lo arreglas”, que
si para en el río que quiero meter los pies y Jantonio como gilipollas haciendo
todo sin enterarse de nada, solo pensando en su caja de cerveza que no le
habían dejado comprar, lo más parecido a
Homer Simpson.
Por fin llegada
al pueblo y otra vez que querían patatas bravas e irnos al pueblo de al lado a
comer hamburguesas, joder que hambre traéis cojones. Ring, ring, ring, llamada
de teléfono del Ingeniero:
-A- Qué pasa Chule ¿Qué tal
-C- Estoy en Santa Cruz
-A- Joder qué casualidad, yo también. ¿Te habrás traído la
bici?
-C -Hombre claro, mañana haremos una rutita por ahí.
-A -Divino porque iba a montar solo.
-C- Oye vente a mi casa que te he traído una cosa a ver si te
gusta.
Y Jantonio se
dirigió para su casa. A la llegada estaban en la entrada Ester y “terremoto”
Andrea jugando al balón. Hola Chule, coooñoo, ¡¡¡¡¡qué pedazo de mesa tienes
aquí montada!!!!! Sí respondió Chule, es que viene mi familia a cenar. Ven que
te voy a enseñar una cosa a ver si te gusta. Y según se acercó Jantonio a la
casa, empezaron a salir todos los amigos del Jotastim de la cocina. No podía
creer lo que estaba viendo, no sabía si reír o llorar o gritar o bailar. Le
habían preparado la mejor fiesta de cumpleaños de su vida. Besos, abrazos,
apretones de mano, una alegría inmensa difícil de explicar e imaginar. Le
habían estado vacilando toda la semana con la hoya de San Blas y resulta que le
estaban preparando la mejor fiesta de cumpleaños en Santa Cruz. Ya no iba a
montar solo el día de su cumpleaños, claro que no, iba a hacer con sus amigos
la Ciclojantoñada.
Allí había de
todo para comer y beber. Le regalaron “dos jamones pata negra” y un bidón lleno
de cervezas entre hielos que estaban de diez, claro, como iba a querer comprar
cervezas María con la que se avecinaba. La alegría se desbordaba y Jantonio
estaba como en una nube. Algunos bebieron algunas cervezas de más esa noche sin
estar acostumbrados, pero como no había que conducir, pues sin problema, risas
a raudales y exaltación de la amistad.
Al día siguiente
a montar. Algunos con dolor de cabeza, de estómago, resaca, pero pronto se iban
a quitar todos los males, ya que les esperaban dieciocho kilómetros de subida.
Primeras rampas de sufrimiento, sudando las cervezas de la noche anterior y
primera parada en la fuente del llano. Jantonio preparando la cámara para tirar
unas fotos en modo automático y aquello era imposible. No hacía caso ni dios.
Que si uno tirando pedruscos a la fuente, otros meando, otros preparados pero
sin mirar a la cámara, joder hasta que se pusieron de acuerdo. Luego la cámara
las tiraba de tres en tres y era un cachondeo. Arrancaron y después de tres
kilómetros otra parada en el mirador del fin del mundo. Barrita, Red Bull y
mirada al paisaje espectacular. Continuación para arriba y ya alguno empezaba a
preguntar si quedaba mucha cuesta y la respuesta era sí, diez kilómetros,
joooooder, estoy hasta los güevos de subir.
Final de la
subida y primera bajada por un cortafuegos
que del uno al diez en peligrosidad, se llevaba un nueve. Pero qué mal
estaba, aquí el señor Juis se marcó un pequeño vuelo con raspones sin
importancia. No estoy seguro pero creo que se bajó de la bici hasta el Chule y
como os podréis imaginar, Agus iba gritando “danger, danger, danger” pero
bajado de la bici. Llegada a la Abantera, (punto de encuentro de la
ciclomontañada de Santa Cruz), y trago de agua en la fuente. Pero qué rica
estaba el agua del manantial. Y después de refrescarse un poquito a bajaaaaarr.
Primera trialera
dificilísima, en la que quitando Jorge y Chule el resto del grupo la bajaron
muchos tramos andando, unos más que otros y rezando no precisamente avemarias.
Hubo varias caídas a lo largo de la jornada, pero hay que reconocer que el
premio a la mejor caída se la llevaron Juanjo y Chule. El Chule iba haciendo
toda la mañana de “pastor”, es decir atrás para que no se perdiese nadie y
echando una mano a los últimos. En esta ocasión iba detrás de Juanjo. Iban por
un sendero tapado por las hojas de los pinos y las piñas y el Chule echándole
el aliento en la nuca, este se puso nervioso y se fue al suelo y Chule como iba
tan pegado se lo comió y terminó en el suelo a su lado. El resto del equipo que
estaba a cincuenta metros esperándoles, como ustedes pueden imaginar y viene
siendo costumbre mantuvieron la compostura y no se rieron de la caída,
(faaaalsooo). Las risas se oían a siete kilómetros del lugar, al igual que los
rezos de Juanjo: Copón, si es que vienes poniéndome nervioso venga a meterme la
rueda y el Chule le respondía que no le había hecho nada, en fin, un descojone.
Otra de las veces
el Chule se puso delante de Agus y le dijo: Pégate a mi rueda y verás qué bien
bajas. Vete a tomar por culo fue la contestación de Agus al tercer salto del
Chule, como para seguirle decía. Llegando al pueblo, el equipo se dividió en
dos para no colapsar las duchas de las casas, unos bajaron por la última
trialera y otros por la pista. En dicha trialera se la pegaron Jorge y Basanta
y no se podían levantar entre risas y zarzas. Llegada al pueblo y a comer.
Tres cochinillos
esperaban en las mesas de la terraza del bar Enredos, cocinados por el panadero
del pueblo de al lado en los hornos del pan. Después de toda la mañana montando
en bici, se pueden imaginar cómo entraba el cochinillo. Dos o tres horas
comiendo y Javi, Miguel y Basanta se tenían que ir a Madrid, y el resto se
fueron a coger cerezas. La finca donde fuimos es de la madre de María, entramos
y nos fuimos todos a un cerezo que había allí, pues cuando llegamos a Madrid y
le trajimos una cajita de cerezas a la madre nos dijo que si estábamos
gilipollas, nos habíamos ido a un cerezo equivocado y no cogimos las cerezas de
uno que las da como ciruelas. Después de todo esto, una cena tranquila y a
dormir.
Bueno, pues aquí
termina la crónica del fin de semana. He intentado contarlo lo mejor que he
podido. Un fin de semana difícil de igualar,
organizándome la que me habéis organizado, haciéndome pasar el mejor
cumpleaños de mi vida, solo puedo decir una cosa: Gracias por ser mis amigos.
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