“Precioso rutón que nos ha preparado el Brujo con un poco de
todo y para todos. Y sí, el apellido Xtrem lo tiene bien merecido:
38Km con 1360m de desnivel acumulado, paisaje impresionante y trialeras pata
negra.”
Creo que la descripción del Chule es, aunque
escueta, eXtremadamente precisa, aun así voy a añadir algunos detalles:
Fabián. En la primera trialera
ascendente, antesala de lo que venía por delante, ya se vio que tenía ganas de
sufrir: se agarró los machos (no hacía más que tocarse el jodío) y no los soltó
en toda la mañana hasta el punto de olvidarse del manillar y encomendar su
suerte al San Blas de los cojones. Luego quiso jugar al escondite y acabó
dándose una sesión de rayos, pero no UVA sino X, de los de ponerse cachondo
cuando la traumatóloga está cañón o decir “qué coño hago aquí” cuando es
un feto malayo (eso nos los tienes que aclarar). Espero que no te queden
secuelas aunque durante unos mesecillos nadie te va a quitar el dolor al
respirar, al dormir, o al follar. Un consejo: cómprate unos cuantos globos y
dedícate a inflarlos como un poseso, pero que no se entere nadie que luego te
llaman para todos los cumpleaños.
Luis: vino cañero y quiso ponerle
ritmo musical a la mañana. Con el móvil a toda castaña iba espantando a todo el
personal y no teníamos otra opción que poner tierra de por medio. Desde lejos
se le oía vociferar aunque no sé si era por la subida inicial o simplemente
reproducía (espetaba más bien) cantos gregorianos. Mientras, Fabián sufría a su
lado, aturdido y sin escapatoria posible.
Álvaro: ¡Que cabrón, como aprieta!
Cuando los mortales íbamos justitos el tío subía con el plato grande, le
mirabas a la cara y no sudaba, y para colmo va y me dice que se queda frio. Y
encima en los descensos iba como un demonio hasta que Jorge se la jugó
cruzándose por delante como suele hacerle a jAntonio. Ya sabe Álvaro como se
las gastan los Jotas.
Domingo: se le nota que tiene los
mismos genes que Álvaro, aunque parece algo más terrenal: suda y bebe agua como
casi todos. Creo, dicen (porque no lo vi), que en el primer descenso paró
bruscamente a recoger melones pero resultaron ser pedruscos mimetizados en el
entorno. En las siguientes trialeras ya los vio con mayor claridad.
Chule: Pareció disfrutar del
recorrido a pesar de los irremediables tramos pisteros y se llevó de calle el
premio “boletus del año” entregado premonitoriamente en las buitreras. Y es
que, al finalizar el siguiente descenso quiso lucirse con un brinco pero solo
consiguió depurar aún más su depilación. Se levantó raudo y veloz, herido en su
orgullo, pensando que nadie observó su desatino e ignorando la normativa jotera
que le obliga a permanecer impertérrito hasta ser inmortalizado, pero allí
estábamos para dar fe unos cuantos notarios. ¡Será boletus!
Jorge: Nada más empezar miraba con
recelo mis 29 pulgadas. Ante semejante medida no pudo sino claudicar: un par de
veces le tenté y entró al trapo, vaya que si entró: como un Miura hasta que
humilló. Después me acosó en los descensos ¡Será rencoroso!
Servidor: disfruté con vuestro
sufrimiento en las pistas y más aún con vuestra satisfacción al finalizar cada
trialera. Ha sido necesario un año de salidas varias; en verano con 30 grados y
a las 8 de la mañana, en invierno bajo cero y sobre 10 cms de nieve,
investigando tramos a veces imposibles (con la bici al hombro), jugándome la
vida al amanecer atravesando fiestas Rave, en la más absoluta soledad, pero
creo que el resultado ha merecido la pena y con creces. Ya estoy pensando en el
trazado para 2013 así que iros preparando porque esto tiene que ir a mejor:
¡Que tiemble San Blas!
CHUAAA!!
P.D.: Después de todo lanzo una pregunta
al aire, ¿hubo alguien que no saliera por peteneras en toda la mañana? Si fue
así creo que debo perfeccionar la ruta: nadie debe salir indemne de San Blas.
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