domingo, 16 de febrero de 2014

16-02-2014 Ruta Goofy (Hoyo de Manzanares)

¿QUÉ SOMOS ANFIBIOS O MEDUSAS?


Cómo es habitual comenzamos la ruta con algo de retraso, esta vez por culpa de unos cafés que nos tomamos Jorge, Chule, Luisito y yo en un bareto de Torrelodones. Cuando llegamos al punto de encuentro ya estaban esperándonos Pipe, Rober y Pedro… Unos minutos para preparar las makinas y antes de que comencemos Jorge ya se está cayendo por los suelos, jajaja…, (fue un presagio).


Eran casi las 10:00 cuando comenzamos a subir por esas sendas pedregosas de Dios que hace que entremos en calor en cuestión de segundos. Llevábamos buen rato pedaleando y todo iba bien sin ninguna incidencia, ¡Qué raro!, ¿no?... hasta que Luisito dice que tiene que parar porque se le engancha el plato pequeño, pensamos que era un tornillo del desviador que sobresale y que parece rozar con la cadena, solución hay que cortarlo con una radial, jajaja… , mientras buscábamos la radial aprovechamos para tomar un refrigerio, en eso que Jorge saca una barrita de las suyas de esas que parece costo y la ofrece a los asistentes, los que consiguieron tragar algo aún siguen con los síntomas de: nauseas, mareos y ganas de cagar, jajaja… Al rato pasa un chaval corriendo con un balón de fútbol en la mano, un balón de estos guays supernuevo… lo que pensamos todos ¿de dónde coño ha salido este tío?... le dijimos ¡oye! ¿Dónde es el partido?... en eso que nos echa una mirada de esas que matan y sigue corriendo… jajaja por poco más nos da de hostias, todos pensamos lo mismo ¡lo habrá robado!

El terreno estaba encharcado pero ciclable, es lo que tiene Hoyo, que puede tirarse toda la semana lloviendo que el terreno drena bien y apenas hay barro, sólo había que estar muy atento a las tierras movedizas, en una de esas subiendo metí la rueda y me di la primera hostia, y al poco la segunda a tocar con el manillar en un paso estrecho, estaba claro que no era mi día.
En la trialera de subida, en un escalón de esos imposibles de subir (por lo menos para mí), Pipe se calza un buen piñazo y cae de mala manera sobre las piedras, unos minutos de relax para que se recupere del fuerte golpe en las rodillas. Llegamos a la famosa Losa y cómo siempre hay que subirla, en esta Pedruki y yo penalizamos y no fuimos capaces de subirla (si es que nos tenéis que poner a unas francesas animando, jajaja…) Pipe lo consigue a la segunda pero que del esfuerzo tuerce el cambio, parece que es la famosa patilla de otras veces, la avería parece grave pero no hay nada que Chule no pueda solucionar y se las ingenia para enderezarla y ajustar los cambios… mientras Luisito y Rober haciendo el cabra…, ¡ahhh!, recordaros de que hay que comprar una bota de vino para no enfriarnos en las esperas.

Llegamos a La Poza y es cuando por reírme de las avería de la Smierdalized y de la Canondale se me rompe la cadena de mi flamante Lapierre, otro tiempo más para arreglarla, menos mal que justo a tiempo Chule se acordó de devolverme el eslabón rápido que le presté y… ¡nos vino de perlas!. Mientras Luisito y Rober siguen haciendo el cabra, en esto que Rober se sube a lo más alto de una piedra y dice que se tira, todos gritándole: ¡NO JODAS, ESTAS LOCO, NO TE TIRES! y el cabrón diciendo con una sonrisa: ¡QUE SI QUE ME TIRO!… el Jorge: ¡GILIPOLLAS QUE TE VAS A QUEDAR INVALIDO!... Rober: ¡QUE NO ES PARA TANTO, QUE SE PUEDE, QUE DESDE AQUÍ LO VEO CLARO!... Pipe: ¡COMO TE TIRES TE DOY UNA HOSTIA!... ¡qué nervios!, qué mal rato pasamos, parecía que se iba a suicidar, menos mal que Luisito anduvo listo y se subió con él para animarle a tirarse por otro lado un poquito más asequible pero que también acojona... (ver video), ¡pero que ya veremos si en otra ocasión Rober no se tira!... ¡Pipe estate atento y ponle una correa!, jajaja…

Continuamos y Luisito que sigue con los mismos problemas al cambiar de plato, otra parada más para darnos cuenta que por falta de mantenimiento su bici sufría del famoso mal conocido cómo chupón de cadena, por lo que se le recomienda hacer limpieza… creo que se lo tomó al pie de la letra, porqué dónde había agua allí que zambullía la bici, en la siguiente bajada llena de pedrolos, agua y más agua lo dio todo y bajó a tooopee justo por dónde discurre el agua para que ¡claro! se limpiase aún más la bici y hasta que hincó la rueda en un agujerito de náaa, véase la foto. El pedazo salto del ángel que dio no lo vi, pero los que si lo vieron dijeron que al salto por la dificultad, la acrobacia en el aire y por la entrada en la charca sin apenas salpicar, daban un DIEZ, plas, plas, plas… cómo dijo Rober: Luisito ¡HAS ESTADO SEMBRAO! jajaja…. Después de la inmersión de Luisito, de reírnos un buen rato y de secar el móvil, continuamos….

Llegamos a la zona de La Cascada y tenemos que cruzar un riachuelo que lleva bastante agua, se busca por dónde cruzarle que si mejor por arriba que si mejor por el medio, bueno al final todos lo cruzamos sin consecuencias, por eso somos Jotas ¿no?... fue nada más pasar cuando las averías ya nos vienen de tres en tres; la bici de Jorge chasca, otro cambio retorcido, Luisito se da cuenta que le falta la palanca del desviador (la debió de perder en la charca) y Chule que se da cuenta de que lleva la pletina de las roldanas rota, por eso se le sale la cadena… que bueno, justo son todas Smierdalized’s… ¡qué casualidad!, ¿no?… (Consejo publicitario: busque, compare y si no es Smierdalized cómprelo, jajaja)
Mientras las arreglan Pedrito y yo nos acercamos a la cascada para hacernos unas fotos, volvemos y continúan arreglando las bicis, pero que de buen rollo sin ninguna prisa, todos anécdotas graciosas y riéndonos a carcajadas hasta que de repente se hace un silencio, era una chavala que bajaba entre las piedras haciendo running (para los que no lo sepan lo de running es lo mismo que correr, es cómo gay y maricón que significa lo mismo pero dicho de una manera más fina, jajaja...), bueno a lo que vamos, pasa la chavala y todos con las miradas clavadas en aquellas nalgas que digo mallas… ¡anda que no se notó que somos unos salidos! jajaja...

Cómo ya se nos hacía bastante tarde tuvimos que abortar y dejar para otro día la famosa trialera de la que tanto hemos oído hablar a Chule, y que yo ya voy pensando que no existe, (va a ser un bulo cómo que Raúl existe, jajaja...) Nos volvemos para atrás y otra vez tenemos que cruzar el riachuelo, esta vez sí que pasó lo que algún día tenía que pasar... (Tanto ir el cántaro a la fuente que al final se rompe). Pedro se resbaló en la piedra que hay justo en medio del riachuelo y cayó de cabeza a la poza digo yo que para darse unos largos, intentaba salir y otra vez para dentro, de vez en cuando sacaba la cabeza para respirar y volvía otra vez a hundirse, Pipe y yo que íbamos detrás casi caímos con él, al final haciendo bastante equilibrio pudimos pescarlo del agua... ¡qué descojone, qué limpito salió! Jajaja... Pedro: ¡ESTUVISTE TAMBIÉN SEMBRAO!, jajaja...
Empezamos el camino de regreso, en esto que Chule va a medio gas con la pletina del cambio jodida, tiene que ir con cuidado porque al mínimo esfuerzo se le sale la cadena, y aún pasamos por varios sitios muy comprometidos... en un barrizal gigante Luisito vuelve a sus andadas y decide repetir el salto del ángel sólo que esta vez la entrada a la charca no fue tan limpia, más bien se puso cómo un cerdo en una pocilga, pero mira por dónde había una especie de pilón con agua limpia dónde poder lavarse, si es que es un chico con suerte, tiene tanta suerte que hasta se encontró unos guantes de puta madre que algún despistado cómo yo se dejó olvidados, jajaja.... (Un poco más y el cabrón me los birla). Mientras Chule y Jorge intentan hacer una ñapa a ver si son capaces de que la cadena de la Stumjumper no se salga.
En esto son aprox.  las 14:00 y aún estábamos perdidos en mitad del campo, se avisa por móvil a la familia para que no esperen, que la jornada aún va para rato, eso sí, tengo que decir que allí tumbados en la hierba tomando el sol se estaba mejor que en la cárcel, y si a eso sumamos la buena compañía, el rato que pasamos fue de los mejores.
Continuamos que aún nos quedaba bastante hasta regresar a los coches, nos metemos por más senderos embarrados yo que me coloco detrás de Chule y cómo este no podía hacer mucha fuerza en un repecho se me para de repente, a mí me hace perder el equilibrio con la mala suerte que me caigo de culo justo encima de una hojarasca con muchos pinchos, ¡joder que dolor, cómo me ha dejado el culo!... más risas y a continuar.

Chule decide subir por pista y los demás subimos por una senda con muchísimo barro, las fuerzas van mermadas y que la cuesta cada vez es más empinada, en otro escalón Pipe que lo intenta subir, resbala y hace un caballito hacía atrás se vuelve a meter otro buen castañazo cayendo justo en un charco embarrado… ya iba a la moda del Luisito, jajaja…, a continuación le toca a Luis, este por cabra, por querer bajar por unas grandes piedras se mete también un buen piñazo... ¡y ya lleva unas cuantas!, jajaja… Llegamos al Mirador y nos reunificarnos con Chule, ahora toca bajar la última trialera, aquí es dónde oigo gritar a Chule... ¡Ay!, ¡que me la pego, que me la pego!... y a continuación se oye un ruido de cómo cuando alguien se mete un buen piñazo con la bici... pues bien parece que sólo se cayó a medias, el cuerpo sí que cayó pero su espíritu no..., ¡este sí que es un Jota!, jajaja..
Con la caída se quedó atrás junto con Pedro y conmigo y se prestó a que le siguiéramos su rueda y así bajamos la trialera sin poner un pie en el suelo.
Por fin llegamos a los coches a eso de más de las 14:30, todos empapaitos (unos más que otros), los que pudimos nos cambiamos de ropa y de zapatillas, para estar a gusto y disfrutar del pedazo catering en el que había un poco de todo, boquerones al vinagre, pimientos rojos con atún, sándwiches, chorizo, queso, patatas y hasta una botella de Lambrusco... 
Centella
eso sí de cervezas andamos un poco escasos que sólo tocamos a un bote…, en
resumen una gran ruta en que a pesar de las incidencias técnicas, de las caídas y de los chapuzones nos lo pasamos genial… Chicos, ¡ha sido un verdadero placer!.... ¡CHUA!                                         



PD.
Al final tenía razón el Maestro, de repente vinieron esos nubarrones negros que dijo y empezó a nevar, jajaja… ¡y no es broma!





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