domingo, 20 de enero de 2013

20-01-2013 Ruta Goofy por Hoyo de Manzanares


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20-01-2013. Hoyo de Manzanares. 

Rondaban las 9 menos cuarto cuando Chule y yo aparecimos en la gasolinera de las Rozas, punto de pre-partida y “cafeses” previos a la divertidísima ruta que nos esperaba. Mientras tomábamos nuestros tentempiés rápidos, junto con Centella y Kamikaze, llorábamos por la crisis, y nos preparábamos para olvidar la jungla de asfalto y sus penas a lomos de nuestras spezia… de nuestras bicis. El ingeniero no soltaba prenda, así que todo sería cuestión de dejarnos llevar, que el tiempo nos respetara, y disfrutar de otra jornada más de mountainbike y colegueo.
 Cuando llegamos al parking de Hoyo ya nos estaban esperando los blues brothers, Felipe y Rober, con unas caricas de frío e inclemencia que animaban a no salir del coche y chuparse el pulgar. Nada de pensarlo, esto es para valientes. Entrecruzamos saludos y nos ponemos a montar las máquinas para emprender rápido camino al monte. El cielo tiene muchos claros pero desde Mordor vienen nubes amenazantes, e incluso comienzan a caer algunos copos de nieve. Cero grados, ni frío ni calor.

 Sin más nos lanzamos por caminillos pisteros, muy arenosos, pero con muy poco barro. Eso sí, mucha agua acumulada aquí y allá. A las cuatro pedaladas los pies calaos y VTC’s sordos y alguno sonoro en recuerdo de los ausentes. Jodidos pero contentos nos metemos por las sendas endureras que tanto le gustan a Chule, que no acaba de ver muy bien dónde acabaremos. Subidas suaves y bajadas ágiles en firme sólido donde la bici se agarra como un pulpo. El frío es muy soportable, y parece que el cielo nos respeta.

 Llegamos ascendiendo a una primera parada. Una especie de lagunilla mínima enclavada en unas paredes de roca, donde según comentan los ancestros… allí presentes… hay gente que sube a pescar… cara de póker… Como nosotros lo valemos, dejamos nuestras barritas en la mochila mientras Jorgito empieza a sacar birras, chorizo y queso de la suya, como si no tuviera fondo ni hubiese mañana. En perfecta armonía con el entorno nos quedamos tirados en las rocas saboreando el picnic y buscando como reptiles los primeros rayos de sol que nos brinda la mañana.
 Ya metidos en roca, continuamos la travesía con algunas trialeras divertidísimas con agua, rocones, y alguna pendiente de no pensárselo. Pero al final todos superamos los obstáculos sin caernos… Escalamos además unas paredes de granito imponentes, que desde arriba parecía si quiera una locura enfilar. 

En una de ellas Rober se marca una nueva suerte del MTB cayéndose para atrás y quedando con la bici suspendida boca arriba cual indefensa tortuguita. Esas calas son de oro… Entre más senderos ruteros y alguna parada para ver cráteres curiosos llegamos a una cascada preciosa con un mini-merendero donde domingueros del trekking y el mtb se reúnen a echarse fotos y hacer un descanso. Buen rollo con todos, intercambio de afotos, micciones, agüita y p’alante…
 De nuevo hacemos un descenso precioso y largo por sendero y trialera, que confluye en una caída de agua donde algunos acabamos haciéndonos una “tualé” completa para regocijo de fotógrafos y demás perracos. La ruta está siendo súper divertida, y nada dura, así que vamos muy relajados. Y ya se sabe, cuando uno se relaja… En un intento de coger impulso El ingeniero topa con una zanja puñetera tras un obstáculo y hace un triple mortal hacia delante con recepción defectuosa y sonora… 9 y medio… Se duele de la mano, pero sin duda duele más el orgullo, jejej… Repuesto del golpe, continuamos haciendo un pequeño bucle con ascensión y bajada rápida y nuevamente divertidísima. Rememoramos piñazos varios en cada curva y salto mientras encaramos el descenso hasta los coches. Ya llegando, a escasos 50 metros, Rober vuelve a brindarnos con una maniobra torera clavando la bici en una zanja y saliendo corriendo después de un salto en marcha… Las dos orejas y casi el rabo…

 Pa habernos matao… Contentos de regresar enteros, y a tiempo (alrededor de la 1) después de una rutita ligera, con el respeto del clima, nos juntamos en la furgona de Agus a trapiñar la merendola entre comentarios de la ruta recién hecha y de las que vendrán en breve. Despedida y cierre de una jornada estupenda, que se presentaba difícil pero que acabó magnífica… Bueno Chule se jodió la mano, pero quién le manda con casi 50 palos, jajaj…. Mejórate Ingeniero!!!
 Jelete.





Fotos Agus Fotos Chule Descarga el track Ver en Google Earth

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