martes, 11 de marzo de 2014

09-03-2014 El Pardo (el regreso de Huanho con los MoralmenteTim)



...voy a ayudar a Agus, el Centella,
el de la bicicleta más bella.
Está el tío escribiendo y editando,
e incluso fotografiando.
El Chule le ha pasado las riendas
 y ya no abre ni la tienda...




Pues no hacía ya que no montaba, la leche...¡¡¡¡¡
Pues no hacía ya que no escribía, la leche...¡¡¡¡
Pedazo de convocatoria la del domingo¡¡¡¡¡

Nuestro lugar habitual de encuentro en esta zona, el aparcamiento a la entrada de La Quinta, se encontraba acordonado y con diez o doce dotaciones de la Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Municipal trabajando a destajo, efectuando las labores de control de accesos y regulación de estacionamiento de vehículos. Cacheos, controles de alcoholemia,... Desde el aire, tres helicópteros, controlan todo el dispositivo y dan las órdenes pertinentes para que ningún cabo quede suelto y todo el dispositivo funcione correctamente.

El ambiente era un frenético ir y venir de efectivos policiales cuando de pronto, al fondo, en el horizonte, aparece Miguel en su fregoneta preguntándose a que obedece semejante dispositivo. Es detenido por la Benemérita en el control de acceso, para proceder a su correcta identificación. Aparca, obedeciendo las instrucciones de los Agentes y se procede al registro del vehículo, siendo confiscados los 15.3 litros de cerveza que portaba en su interior.

A continuación aparece Agus. Al detener su vehículo y preguntar al Agente por lo insólito del despliegue policial, esboza una gran sonrisa y le explica al Agente que no viene nadie más, que la gran afluencia era “MORALMENTE” nada más.  Tardaron cinco segundos en levantar el dispositivo, desaparecer, despejar la zona y dejar aquello como un erial. Hasta eco había. Solamente tres JOTAS asistimos a una jornada soleada con ausencia absoluta de borrascas... y de JOTAS.

Y nos pusimos manos a la obra. Salimos detrás de Agus, que nos demostró ser un gran conocedor de los senderos de El Pardo, encontrando siempre alternativas para sortear los impresionantes costarrones a los que habitualmente  nos enfrentamos. Eso sí, las bajadas las disfrutamos todas. La bajada de los pinos, con la valla de pinchos a la izquierda. La bajada de los tubos donde me sorprendí a mi mismo por la parte alta de los peraltes, lo que me invitó a frenar y volver a la cordura.

Salimos del recinto y nos enfrentamos con los caminos paralelos a la valla, continuos subes y bajas que te machacan sobremanera.
Tentados estuvimos de coger la sendita paralela al rio que nos enseñó el KmiKC en nuestra última visita, pero nos contuvimos al recordar como terminaba, bajando por unos tubos inmensos con la bici a cuestas saltando a un camino cuatro metros por debajo.

Tengo que confesaros que he vuelto a recaer. Tras tres meses sin probarlo creía que me había curado pero no ha sido así... esto me gusta y lo he disfrutado. Blandito, porque estoy blandito y no he aguantado el tirón como debería pero todo se andará.

La compañía... lo mejor de la jornada, porque El Pardo sigue siendo mu malo. Chuaaaaa..., QUE HE VUELTO!!!



Maestro

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