Madrid.
Gasolinera de Las Matas.
9.00 h AM
Como un clavo aparece Jorge con el móvil en la mano... Juis, que se ha dormido, que ya mismo está aquí... sin comentarios...
Otra vez que salimos tarde, para no variar... cafeses, comentarios, ven paca, ves paya...
9.30h
AM por fin nos ponemos en marcha para hacer el sendero de la depilación
a las finas hierbas y volver a los coches a una hora temprana dado que
Agus tiene prisa.
Los asistentes, pues tres y medio, a saber, Jorge, Juis, Agus y ½ Juanjo, con un trancazo de los buenos acompañado de una afonía monumental que le mantuvo callado toda la ruta, cosa que agradecieron todos los asistentes.
Pero
no tengo palabras para describir la ruta... pero que tranquilidad, sin
prisas, sin agobios, que no llegamos... nada de eso. Nos dimos una
vueltita muy tranquilamente, con paradas largas para charlar, sin subir
corriendo, ni bajar cagando leches... Nunca en mi vida había hecho el
sendero de la depilación a las finas hierbas tan... DESPACIO¡¡¡¡¡,
teniendo tiempo para torcer si así lo requería el sendero o frenar,
incluso acelerar... a contemplar el entorno, que no lo había hecho
nunca.
Tras
ese senderito viene la dura ascensión de las zetas de cemento que
subimos como que sin despeinarnos siquiera, unos chavales parecíamos
subiendo. Ya arriba, una vez coronamos y por querer pasar por donde no
se puede Juis se metió un mantecao sin mas consecuencias que rasguños en
un codo y su orgullo por los suelos.
A
partir de aquí yo empecé a experimentar un atocinamiento generalizado
de magnitudes preocupantes a consecuencia de la medicación.
Yo
iba a coger una curva a izquierdas y cuando hacia el gesto para torcer
ya se había pasado la curva... consecuencia: fuera del camino. Mis
reflejos se vieron absolutamente descompasados. Pero tuerce mas,
hombre... nada imposible... fuera del camino. Salta esa piedra,
hombre... fuera del camino. Así irremediablemente acabe pegándome el
primer castañazo, ¿llevas las calas puestas? Aaahhhh, siiiii, pues toma
castañazo. Y pudo ser peor porque por escasos centímetros no me
atropelló Agus con su máquina. Y no me había levantado de este todavía y
ya me estaba pegando el segundo. Un pedrusco hizo que yo adelantara a
mi propia bicicleta, saliendo literalmente despedido de ella. Rasguños
de escasa entidad y poco mas. Pero que malos son los medicamentos, como
afectan a nuestro sistema, copón¡¡¡¡¡¡
Como
viene siendo habitual últimamente, la avería de la jornada la
protagonizó una SMIERDALIZED. El Kamikaze pincho su rueda delantera y no
quiso ni arreglarla. Le metió un poco de aire y ala, a seguir. Me
imagino que el próximo día que quedemos llegará con ella aún sin
arreglar y tendrá que repararla antes de salir por lo que deberíamos
quedar media hora antes.
A
la una en los coches, tomando las consabidas cervecitas muy, muy
tranquilamente, sin el agobio del Juanjo dando por culo, que no
llegamos, que no llegamos... que bien estuvo toda la mañana callado,
coño¡¡¡¡
el Maestro
Juanjo, gracias por escribir y cómo siempre buena crónica, pero con tu permiso añado lo que dijo Jorge a las 9 AM, (que fue gracioso):
ResponderEliminar"Tengo una noticia buena y otra mala", cual preferís?... bueno empiezo por la buena que viene Juis,... y la mala?... que viene tarde.... "puntos suspensivos" jajaja... (Juanjo cómo estaba drogao hasta sonrió y todo).
Puntualizo yo estuve a las 8:45 ( Juanjo ya estaba ) y Agus llego a las 9:03 Luis llego a 9:15
ResponderEliminarJuanjo no podía hablar y el día fue fabuloso ( por añadidura , no por que Juanjo no hablara )
Puntualizo, el Agus llegó tarde por culpa de Jorge..., explicación: a las 8:59 con 59 segundos aparcó primero junto a un Audi que se parecía mucho al de Juanjo y que tenía en la baca una Orbea Occam también muy parecida a la de Juanjo y mientras estaba pensando que posiblemente es que era el coche de Juanjo, vio un cartel en la pared de enfrente que ponía "sólo para clientes máximo 10 minutos"... a lo que le dio por volver a pensar que posiblemente Juanjo ya esté esperando dentro, porque suele ser muy puntual a las citas, pero que segurísimo de que Jorge aún no ha llegado y habrá que esperarle más de 10 minutos... "lo que es costumbre", y entonces no tuvo otro remedio que mover el coche de lugar lo que le supuso hacer una maniobra de mas de cinco volantazos que le hizo perder unos valiosísimos 3 minutos y un segundo, justos los que le hizo llegar tarde... ¡la sorpresa fue ver al kamikaze dentro! (si es que uno mata un perro y le llaman mataperrros)... jajajaja
EliminarPD.
A mí se me ocurre cómo castigo, que el que llegue tarde a las citas (sin causa justificada) que arrime un bote de cerveza por cada minuto de retraso.